BELGRADO. (Agencias.) - Centroeuropa se enfrenta a una de las peores catástrofes ecológicas de los últimos años, con un suceso que recuerda por sus características la desolación que produjo la amenazante rotura de la balsa de Aznalcóllar sobre el parque de Doñana. En este caso, el desbordamiento de una balsa de cianuro en una mina de oro de Rumania ha provocado la contaminación de parte de la cuenca del Danubio. Voluntarios y pescadores continuaban ayer retirando en Hungría y Serbia cientos de toneladas de peces muertos del río Tisza, envenenado por el vertido. Los expertos prevén que serán necesarias varias semanas para evaluar la magnitud del desastre.
La catástrofe fue provocada por el desbordamiento de una balsa de decantación de aproximadamente unos 100.000 metros cúbicos de agua contaminada con cianuro, mineral utilizado para la extracción de oro en la mina Aurul de Sasar (Rumania). El cianuro penetró primero en el río Szamos y afectó luego al Tisza, un río que nace en Rumania y atraviesa el sur de Hungría y el norte de Yugoslavia antes de verter en el Danubio 50 kilómetros al norte de Belgrado. La contaminación, que ha afectado a toda la cuenca desde principios de mes, llegó el fin de semana al Danubio y ayer a Belgrado, y ahora amenaza Bulgaria. Las concentraciones de cianuro son cientos de veces superiores a los niveles permitidos por la OMS.
Catástrofe en Centroeuropa
Los efectos de la contaminación son enormes. Por precaución, la compañía de aguas de la capital serbia cerró la potabilizadora de Vinca, que abastece a varios barrios de Belgrado. A pesar de las informaciones tranquilizadoras de las autoridades yugoslavas, los expertos creen que pasarán decenios antes de que la vida renazca en el Tisza. Además, los peces que no hayan muerto por por el efecto del cianuro están amenazados de inanición porque "no tendrán nada que comer", dada la destrucción causada en todo el río, según explicaba Bogdan Jovanovic, de la asociación de pescadores de Belgrado.
Todo el ecosistema del Danubio se verá afectado por el vertido. Según el profesor Vlasta Pujin, de la Universidad de Novi Sad, "no se espera que las aves se reproduzcan esta primavera a causa del envenenamiento del agua". Más dramático fue el parlamentario húngaro Zoltan Illes: "La ribera será totalmente estéril a partir de ahora. Hay especies que no se recuperarán jamás". Hungría ha pedido la cooperación de Rumania y estudia reclamar compensaciones al Gobierno rumano, con el que mantiene unas relaciones tradicionalmente malas.
La comisaria de Medio Ambiente, Margot Wallstrom, viajará el
jueves a la zona para evaluar los daños, mientras que una misión
de la ONU estudia la limpieza ecológica de esta zona, afectada por
los bombardeos de de la guerra serbio-kosovar.